lunes, 18 de agosto de 2008

¿PORQUE TENEMOS QUE ESTAR EN LAS ELECCIONES? Y PORQUE TENEMOS QUE GANAR?

Un club fracturado, politizado, con un importante pasivo. Un club que ha perdido a su máximo referente y líder hace muy poco tiempo todavía.
Un club que no tuvo tiempo ni tino para generar entre sus filas otros liderazgos alternativos claramente visibles y respetados por todos.
Un club con pocos socios que puedan decidir su destino y su futuro. Un club cuyo dueño es el que brinda el crédito y no el que lo solicita.
Un club así de cara a las elecciones se vislumbra como un gran escenario de combate entre algunos caciques que legítimamente entienden que son la mejor opción para reencauzar las aguas pero que no encuentran grandes mayorías que respalden sus visiones. Sus liderazgos son débiles, todos tienen tantos pros como contras.
Al que le falta estilo, le sobra dinero. Al que le falta dinero le sobra carpeta. Al que le falta carpeta le sobra poder. Y así seguimos.
Si cada uno de estos caciques asume para si mismo una autodefinición mesiánica, trasmitiendo que cada uno por si solo puede ser la salvación y la garantía del éxito futuro. Si cada nuevo líder proclama una versión de la reencarnación del enviado de Dios para liberar al club de los males del pasado, estamos “sonados”, liquidados.
Los hombres que competimos por el honor de ser presidentes del club en esta instancia, somos personas de una edad media, gente joven para lo que ha sido la tradición dirigencial del club en estos últimos años y personas que estamos en la edad productiva de la vida profesional.
Estamos en la edad intermedia que nos permite competir, con fuerza, entendiendo las nuevas herramientas de información, con conocimientos técnicos de marketing político, con la agresividad que todavía tenemos porque no hemos llegado a la edad del adulto mayor, estamos lejos.
Si a esa fuerza, a ese empuje no lo aderezamos con una dosis de realismo, sentido partidario y empatia podemos llegar a fracturar al club definitivamente y comprometiendo su viabilidad por mucho tiempo.
Hay intereses que van a intentar mostrar una polarización de la elección. Seria un error que ello ocurriera por el empuje de esas fuerzas.
Que nosotros tengamos un lenguaje conciliador no nos vuelve menos firme en el objetivo. Nos hace mas efectivos al llevarlo a la practica.
Nuestra presencia en el escenario electoral no es ni oficialismo ni oposición. Es una alternativa genuina de la dirigencia autentica de nuestro club.
Es el manejo de un estilo que nunca se debió abandonar y que apuesta a la integración en tiempos de desintegración y al entendimiento en épocas de sordera y mala onda.
NO ESPEREN AGRAVIOS DE MI PARTE, LO NUESTRO ES COMO EL AVIONCITO QUE MANDAMOS AL ESTADIO EN ESOS PARTIDOS DIFICILES AL FINAL DEL CLAUSURA “CAMPAÑA POR LO ALTO”.